El traidor

Dicen por ahí que en otra época usaba la nunca menospreciable camiseta número 1. También puede escucharse que su garra y su inmensa intensidad lograban que otrora nadie quisiera enfrentarlo hombro con hombro en un scrum. Lo cierto es que alguien que alguna vez llenó de orgullo a sus gordos compañeros hoy decidió mirar otros horizontes mas bien rosados.

Me pasa particularmente que como saltador contaba con él para elevarme, sentir una cuña y no preocuparme por las habilidades, mañas o simple buena fortuna de los gordos rivales. Y es justamente por esto que la decepción, a nivel personal, es cada vez mas grande. Asimismo no puedo dejar de pensar en la bronca y desilusión del resto del pack, los que todavía sí podemos llamarnos "hermanos" entre nosotros, ante la situación que se terminó de confirmar el último domingo.

Hagamos un poco de historia. Aquel que ya no puede nombrarse sufrió una lesión en su hombro jugando contra la UAI. Esta lesión transitaba el camino de una franca recuperación hasta que la suerte le jugó una mala pasada y en su ámbito laboral un mal movimiento lo obligó a extender el reposo por algunas semanas más, o por lo menos eso es lo que manifestó excusándose. Este periodo fue justamente el que forzó una profunda reflexión interior signada preponderantemente por la cobardía en la que meditó, tomó y manifestó su decisión de cambiar su vieja y gloriosa camiseta por otra con un numero mucho mayor: el 14.

Hoy el pack de forwards de F.I.U.B.A., la gloriosa Banda Ancha, no siente placer ni decepción alguna, aunque cierta tristeza nos acompañe, al decidir que este Señor ya no es parte de la Orden.